Quizá este disco hubiese sido un bombazo de puro rock garajero, sin pretensiones, agrio y tenso, austero y contundente, si hubiese sido publicado en 1970 en lugar de 1990. Pero como fue publicado en ese año y todos estábamos preparando nuestras camisas de cuadros desgastadas para el look desaliñado a la mode y dejándonos el pelamen más grasiento que un san jacobo de comedor de colegio, algunos no le prestamos demasiada atención (o más bien ninguna). Cabe decir que en su país, los EEUU, no tuvieron mucho predicamento, por lo menos en esa época, y tuvieron que hacer las tournés por tugurios europeos; es lo que tiene equivocarse de año. Y la portada tampoco ayudó mucho.

Quizá este disco, si hubiese sido publicado en 1970 en lugar de 1990, hubiese sido un referente musical y ahora podríamos encontrarlo remasterizado en rapidshare y disfrutarlo en nuestros ipods, junto con el último cagarro de algún hype del momento. Pero como no fue así pues nos jodemos y nos compramos el cd reeditado por su sello, Tombstone Records, o quizá no…

Chester de Castro le da un 7 porque pese a todo tiene algunas canciones muy molonas y ha envejecido con solvencia.

Comprar esta joyica llamada Dead Moon Night/Thirteen Off My Hook

Primero, los Black Kids nos engañan, no son black. Bueno, dos si que lo son. A saber, los hermanos Youngblood, el cantante/guitarrista y su hermana teclista. Y ojito el mal aspecto que nos llevan.

Segundo, dicen que vienen de Florida, pero si nos dicen que son de Leeds seguro que nos la cuelan. Se comenta que tienen un poster de Tony Blair en el local de ensayo en vez de uno de Jeb Bush.

Y tercero, pues a ver... Un poco como si fueran unos primos mas marchosos de Bloc Party, mucho tecladito (tienen dos nada menos) y un poco batiburrillo los temas. A veces como los CSS más fiestas, a veces imitando a The Cure, Morrisey y otros tantos grupos de las islas. Pero una cosa que si que tienen los chavales son coros y estribillos, y oye, es posible que alguna vez te descubras a altas horas de la mañana, bastante perjudicado, en algún tugurio tipo Nasti, Razz y demás, cantando a grito pelado alguno de sus temas. Así que esta claro que no van a revolucionar el panorama musical, pero teniendo en cuenta la cantidad de grupos y cantautores chapa que existen a día de hoy, pues mira, la cosa podría ser peor.

Frank Sobotka les otorga un 6.5

Oh yeah! yeah compra el disco de Black Kids llamado Partie Traumatic

Un disquele ambiental para escuchar sin prestar demasiada atención. Musiquilla de ascensor bastante bien hecha y con colaboraciones estelares que podéis buscar en google como lógicamente he tenido que hacer yo. A mi me deja el regustamen de un revival Trip-hop de aquel que estuvo tan en boga, ya sabeis, Massive Attack, Portishead y demas peñica del genero.

La tipa tiene su abolengo como colaboradora de gente con un rango en el molar, rollo Aphex twin, y de gente que podría estar ahorcada en un patio anónimo para bien de la humanidad, como Bjork.

Hacia diez años que no sacaba nada, así que para habérselo pensado tanto igual habría que criticarla con más saña, pero como es un disquito amable y entretenido Spastic Anacondor le da un 6.5 sobre 13.

Como dato adicional nuestro Livingstone Indie, el Iñi, dice que las veces que le ha tratado ha resultado ser buena tipa, así que aunque solo sea por eso échale una oidita

Comprate el Blood, Looms, And Bloomsde este chica tan maja llamada Leila.

Este es un buen disco de rock alternativo, que recupera la vertiente melódica que en su día tuvieron Kyuss, Helmet o Quicksand. Sin parecerse realmente a ellos, y sin llegar a sus cotas de excelencia -de momento-, es uno de los ejemplos más dignos de que, de nuevo, el rock potente vive buenos momentos de popularidad y nivel.
Sin ser un cañón, y sin tener el calado que tienen otras de las bandas de rock pesado actuales, es un buen grupo que esperamos ver en directo con las dos manos bien provistas: los inefables birra y peta de toda la vida.

Michi Rourke le da un 7.

Compra el disco de Toche llamado Meanderthal y únete al ruack.

Magníficos momentos en el vaporetto veneciano a las 8 de la mañana.... vaya cara tienen los italianos a esa hora.

YO NO PAGO EL VAPORETTO.

Jorgito le da un 11.

Compra esta nueva edición del Fabriclive.40 de la mano de Noisia.

He de decir que, aunque en mi puta vida y a mucha honra he sido jevi (una cosa fea, fea, fea de por si), sí que tengo cierta experiencia con el tema. Y no, no me refiero a mi afición por sonidos guturales y enfermizos adquirida en los últimos tiempos. Esa es harina de otro (h)costal. No, de lo que yo hablo se remonta al principio de los tiempos.

En realidad, yo siempre he tirado más hacia el punk (ejem). Recuerdo que una de mis primera cintas fue una de La Polla Records por donde andaba una frase de esas que se te queda marcada a fuego en aquellos días extraños: yo, paseando por el parque de clase media debajo de la keli de mis progenitores en Logroño cantando aquello de “somos los hijos de los obreros que nunca pudisteis matar, somos los hijos de los que perdieron la Guerra Civil”. Bueno, algo de verdad había. Preguntad a mi abuela.

El caso es que ya por entonces me di cuenta de que el jevi no era lo mío. Pero, sin duda, fueron dos los hechos concretos que reafirmaron mi posición en contra del cardado, las mallas y los gritos de travesti zorrón. Uno tiene que ver con la inteligencia (falta de) y el otro con la fuerza bruta (exceso de).

Año…imagino que alrededor de 1987. Mes de mayo. Examen final de Naturales en el colegio público General Espartero. Un menda jevi de cuyo nombre no me acuerdo, aficionado a tan tierna edad a las mancuernas y demás instrumentos con los que lubrificar la inteligencia, suspende el jodido examen. Lo malo es que la profesora -la misma que nos dice que a los niños en la URSS les ponen discursos de Lenin por la noche con cascos para adoctrinarlos- le había permitido tener el libro abierto de par en par durante el mismo. Me caía bien el cabrón, y me dio pena que suspendiera. Pero, por otro lado, Einstein no era.

Año…a ojo de buen cubero, tres más tarde. Ya en primero de BUP. Allí que llegan dos jevis rebotados de un par de institutos a tocar los cojones. Un par de palmos, debido a la edad, por encima del resto, se dedicaban a soltar sopapos a diestro y siniestro y soltar incoherencias (una mítica: “yo a los etarras les aplastaba los huevos con dos ladrillos en la plaza del pueblo”, y hacía el ruido con las manos).

Yo, que por aquel entonces llevaba (vete a saber por qué) chapas con el smiley, casi me llevo alguna con la palma de la mano en todo el jepeto. Pero me iba librando, porque mi mejor colega les había caído en gracia, y no fue hasta el día en que se me ocurrió tocarle los cojones al más grande de los dos (ni recuerdo la razón) que vi como mi culo (y el jodido hueso que tenemos dentro con él) probaba el fino y frío canto de granito de las escaleras del instituto. En hora punta y, viendo la cara del cabrón, sin posibilidad de rechistar.

Conclusión: el jevi es un ser tan orangután como lerdo. Como me confirmó su colega al suspender un examen teniendo en el walkman, recitado, todo el puto temario. Adujo que cuando estaba a punto de llegar a la parte donde se trataban las preguntas del test había pasado un tren (la vía iba paralela al insti) y no había podido oír (solo llevaba un auricular para que no le pillaran) la explicación en cuestión. Creo que a día de hoy el pedazo mongol va camino del Premio Nobel.

A todo esto, releyendo el último número del Go Mag me encuentro con las siguientes declaraciones de Necro (paso de explicar quién es): “mira colega, en general los heavis y los metaleros son unos gilipollas y unos palurdos”. De repente me acuerdo que tengo que hacer la reseña de Sebastian Bach (paso de explicar quién es), me pongo el disco y lo único que me viene a la mente es “word, man, word”.

Lilaboy le pone a esta mierda de disco, que solo gustara a travestis y mariconas, un zerolo.

No se lo tengas en cuenta y compra Sebastian Bach - By Your Side...o mira mejor invítanos un día a una rondita.

Este disco no estaría mal del todo si no fuera por la voz del tipet que canta, que me resulta insoportable en casi todos los pasajes con excepción de la ultima canción, "The obelisc of Kolob" - un instrumental - y otra que se titula V.O.G., en la que no grita y suena un poco como Michael Gira. En ese mismo tema añaden unas flautas de carrillo egipcias al comienzo de la canción, que es lo que más me ha gustado (una lástima no extiendan ese preludio durante 10 minutos). Luego leo por ahí que el disco es una colaboración entre uno de Sunno y algunos conocidos suyos. Evidentemente no se iban a poner a hacer un disco de cumbias, pero vamos, el resultado al menos es correcto y digerible.

Iñi le da un 6.75

Actualización:
Rectifico la crítica, en realidad tampoco soy tan entusiasta de este disco joajoa. aparte que tenía unas tildes que no había puesto.

Compra el disco Ascend - Ample Fire Within que es la caña de España!

The Breeders (Los Criadores) son un grupo formado por dos hermanas gemelas, gordas y cuarentonas (una de ellas, por lo visto militaba en un famoso combo de rock alternativo a principios de los noventa, vamos, cuando se utilizaba eso de alternativo en el rock) más dos músicos más bien poco conocidos, que se dedican a recrear un sonido que fue la banda sonora de los jóvenes y las jóvenas de la América con camisa de leñador a cuadros. También tengo entendido que, allá por el 93 sacaron una canción que acabó convirtiéndose en un hit, y que se bailaba en todas los bares (dudo que hubiese discotecas por aquella época) indis, de independiente, se entiende, practicando el noble arte de la la guitarra de aire (Air Guitar).

Este es su cuarto disco, Mountain Battles (batallas de montaña), el disco empieza sin sorpresas, voz saturada de eco y guitarras sucias, percusión a trompicones y algún Ooohhh suelto. Repiten la jugada en la segunda canción, pero centrándose en el ritmo, con canciones muy Lo-fi y muy corta. Ya en la tercera la cosa empieza a cambiar, un medio tiempo con una melodía evocadora y a la vez misteriosa, si no fuese por los instrumentos convencionales podría decirse que es Laika. De aquí pasamos a otro perezoso medio tiempo que nunca acaba de arrancar, es decir, electrificarse del todo, y la cosa se queda un poco sosa.
A partir de aquí la cosa se empieza a animar algo, juegos de voces y guitarras vibrantes, con un curioso sentido del ritmo, como unas riot grrrls un poco mas melosas y con pocas concesiones al pop-rock convencional (dos en concreto, “Walk it off” y “It´s the love”).


En el apartado de errores del disco cabe destacar la macarrónnica “Regálame esta noche”, balada romántica cantada en un, siendo benevolente, pintoresco castellano, supongo que así se deben de sentir los anglo-parlantes al escuchar a alguno de nuestros grupos en su inglés de guachu.güey. La siguiente balada, esta vez en tono más tradicional de country americano, “Here no more” tampoco pasa de mera anécdota que solo aporta cierta variedad al conjunto.

Y una vez escuchado el disco queda la sensación de que sin ser una maravilla contiene varias canciones muy interesantes, en concreto las piezas más contenidas que componen el primer tercio del disco, pero también muchas de relleno, que normalmente suelen ser las más enérgicas y que fallan en lo fundamental, un buen estribillo con el que poder la consabida guitarra de aire……como hace 15 años.


El Señor Hijo de Puta le da... 5.45

Quien iba a pensar que volvería este grupo tan majo! Compra su super disco The Breeders - Mountain Battles

Este tipo me tiene desconcertado;

¿Es un cretino con la suficiente suerte como para que le editen discos o es un pequeño genio de Angel Town, Larchmont?
¿Este disco es un completo coñazo o es perfecto para ponerlo de fondo en una cenita animada o en un guateque tranquilo?
¿Son todas las canciones iguales o es un increíble revisionista de Buddy Holly, Francoise Hardy y la música pop de principios de los 60?
¿Suena todo como el culo o es esa misma afición pop Lo-Fi llevada hasta sus últimas consecuencias?
¿Tiene una cara de pollo y un aspecto que da ganas de reventarle la cara a mazazos o es lo mas friky cool del momento?
¿Dejo de tomar tripis o me suena a una versión alegre y festiva de Red House Painters?
¿En directo se gana las tomatadas a pulso o la lía parda el solito?
¿Sigo escribiendo gilipolleces o ya os habéis hecho a la idea?

¿Le pongo un 0 o un 8?

Abu

Ayuda a la industria musical que tantas alegrías te ha dado comprando Jeremy Jay - A Place Where We Could Go

Si miras medio de reojo la portada del ¨Fantasy Black Channel¨, el debut que recopila canciones nuevas y otras ya publicadas en single de Late of the Pier, puede parecer un vertedero. Creo que puede ser un buen lugar para almacenarlo mientras espera a que lo quemen.
Late of the Pier es uno más de los tropecientos grupos de ventiañeros británicos que cada año nos toca escuchar en mil sitios, radios, bares o cuando pones la radio de Bono Must Die en Last.fm.
Parece que da igual pero no da igual, la mayoría de las veces estos grupos son una basura y sin embargo, de forma inexplicable, acaban apareciendo a tu alrededor. Al final acabas teniendo la sensación de que te están tomando por subnormal. Supongo que habrá una explicación.
El disco no defrauda, es lo que te han contado en la promoción: Klaxons, Klaxons y los Klaxons.
En verdad, mucho peor que los Klaxons. Si estás en el típico bar en el que ponen a MGMT, te cuelan a los Klaxons y no pasa nada, al fin y al cabo,cosas como ¨Atlantis to interzone¨ no estaban tan mal, puedes hasta bailar, pero lo de estos tipos ya no, ya no cuela.
No hay manera de que las canciones de Late of the Pier parezcan hits, ni cuando clavan a los klaxons, ni cuando parecen Supergrass remezclados ni cuando te saturan de sintes para ser superochenteros en plan Human League, ni nunca. Cualquier referencia que te hayan dado sobre Gary Numan es falsa.

Vamos que no los pincha ni Amable.


Julien Sorel premia a Late of the Pier con un 0.

Compra este disco llamado Late of The Pier - Fantasy Black Channel y nos harás un favor.